domingo, 3 de noviembre de 2013

No comulgo de la mundana vanidad...

No comulgo de la mundana vanidad. Ay de mí! Si pertinaz lo hiciera;
deseando la gloria y el orgullo, si me dicen que comienzo a ser poeta;
Soy poeta de los ríos, de los cantes, de la vida y de la tierra;
soy poeta de una calle, de una plaza, de una fuente, de la nieve que ya cae por la sierra.

Vanidad de vanidades, aunque siempre no todo es vanidad;
vanidad del mérito inalogrado, del aplauso mal buscado;
señera intendencia de la vanagloria del éter desencantado;
soy poeta de la vida, de la rima que aquí no he encontrado.

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